Si estás pensando en un sutil cambio de look y darle a tu cabello un nuevo tono o respirar un poco del actual, los baños de color suponen una gran alternativa que cada día va ganando más aliados. ¿Quieres conocer todo sobre los baños de color? ¡En Primor te lo contamos!
Qué es un baño de color y para qué sirve
Un baño de color es una coloración temporal de nuestro cabello que aporta increíbles resultados. Además de luminosidad, realza y le da mayor cuerpo al tono de nuestro cabello sin necesidad de aplicar un tinte aparte. Es una solución mucho más sencilla y fácil de aplicar, ya que puedes aplicarlo en casa cómodamente sin necesidad de acudir a una peluquería.
En el caso de las canas, un baño de color es la solución ideal para aquellos cabellos rubios, castaños y negros que tengan su color natural y un porcentaje de canas inferior al 50%. Si por el contrario, el objetivo es cubrir totalmente las canas, lo mejor es optar por un tinte permanente que asegure su cobertura.
Beneficios del baño de color sobre tu cabello natural
Un baño de color es un tinte sin amoniaco que aporta mucho brillo a tu pelo, además de llenarlo de reflejos vibrantes que aportan tridimensionalidad al cabello. Además, tiene la capacidad de disimular canas, por lo que es la solución que buscan las melenas que no quieren dañar su estado con químicos.
Incluso a medida de que tu pelo va creciendo, el brillo se mantendrá en tu cabello natural, por lo que se verá con mayor vitalidad y luminosidad. Otra de sus ventajas es que el baño de color poco a poco va desapareciendo con cada lavado, por lo que el contraste de colores de tu cabello apenas se percibirá.
Diferencia entre un baño de color y un tinte
Una de las principales diferencias es obvia: la duración. Sin embargo, la gran diferencia entre ambas técnicas de coloración reside en su fórmula, ya que la de los baños de color es mucho más suave y menos agresiva. Por ese motivo, el color desaparece con los lavados casi sin darnos cuenta y el tono del cabello luce más natural con el paso del tiempo.
El tinte, por su lado, contiene una fórmula más fuerte que le permite llegar hasta las fibras capilares donde fija el color de forma permanente. La duración del tinte suele estar entre las 4-6 semanas, periodo en el que tendrás que volver a aplicarlo sobre todo en la zonas de las raíces.
Otra de sus diferencias es el resultado. El baño de color te ofrecerá resultados mucho más sutiles y naturales, mientras que aplicando un tinte puedes conseguir el color que tu quieras gracias a la decoloración.
Con el baño de color tu cabello no sufrirá daños en la fibra capilar ya que se trata de una especie de tinte temporal sin amoníaco. Con su aplicación, notarás un sutil cambio en el tono de tu cabello sin dañar su estructura interna. Sin embargo, al ser menos dañino e invasivo, su duración es más limitada y poco a poco se irá desvaneciendo con los lavados.
Puedes darte un baño de color si quieres matizar tu melena o darle un toque de intensidad a tu color natural. Además, también puedes aplicarlo para reducir las canas más visibles. Normalmente, el baño de color suele mantenerse alrededor de los 6 a 10 lavados.
Todo depende del producto, la marca, la porosidad de tu cabello y la frecuencia de lavados. No constante, y por norma general, duran unos 28 lavados.
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