La piel se ha convertido en nuestro nuevo accesorio favorito. Ya no basta con maquillarla: queremos que respire, que brille (pero no demasiado), que esté saludable, hidratada y, por supuesto, que tenga ese efecto wow que hace que ni siquiera necesites base. Y si pensabas que ya lo habías visto todo con el glass skin, el slugging o el dewy finish, prepárate: el “varnishing” es la nueva obsesión beauty que llega desde Corea —cómo no— para quedarse.
Y no, no tiene nada que ver con barniz en el sentido literal (tranquila, nadie va a encerar tu cara). El varnishing es una técnica de finalizado que busca exactamente eso que su nombre sugiere: una piel tan jugosa, luminosa y perfectamente sellada, que parezca pulida, como un acabado de barniz ultra glow pero elegante. El resultado es una piel rica en luz, pero controlada; jugosa, pero no grasa; hidratada, pero sin exceso.
¿Qué es el varnishing?
El varnishing es una técnica de sellado facial que se realiza como último paso de tu rutina de skincare o maquillaje, y que tiene como objetivo crear una especie de escudo luminoso sobre la piel. Imagina una piel perfectamente hidratada, con todos sus activos bien sellados y un toque de glow saludable, como si acabaras de salir de un tratamiento en cabina.
La clave está en superponer capas finas de productos hidratantes y nutritivos para potenciar la elasticidad, el brillo y la suavidad del rostro, y después aplicar un producto final que haga de “barniz”: puede ser un aceite ligero, un bálsamo, un mist sellador o incluso un iluminador en crema difuminado estratégicamente.
¿Por qué está de moda?
Porque la piel real está de moda. Y más aún si se ve sana, bonita y natural. El varnishing responde al deseo de muchas mujeres (y hombres) de lucir buena cara sin necesidad de cubrir la piel, sino resaltando su textura, su luminosidad natural y, sobre todo, su salud.
Además, es una técnica que se adapta a todos los tipos de piel, y que puedes modular según lo que necesites ese día: más glow o más protección, más nutrición o más ligereza.
En resumen: es el paso final para que todo lo que has aplicado antes quede sellado y se mantenga durante horas, mientras potencias el aspecto jugoso de la piel. Y lo mejor: no necesitas un máster para hacerlo.
¿Cómo se hace el varnishing paso a paso?
- Limpia y prepara la piel como de costumbre. Puedes seguir tu rutina habitual de limpieza doble, tónico y sérum.
- Aplica una hidratante rica o nutritiva que deje un acabado luminoso, no mate.
- Añade unas gotas de aceite facial o un bálsamo nutritivo en puntos estratégicos: pómulos, arco de la ceja, mentón, y puente de la nariz. Difumina con los dedos con suaves presiones, sin arrastrar.
- Si lo haces con maquillaje, asegúrate de usar productos en crema. El varnishing no se lleva bien con el exceso de polvos.
- Finaliza con un spray facial glow o una bruma hidratante selladora. Además de fijar, añade un toque extra de frescura.
Tip pro: elige productos con ingredientes como niacinamida, escualano, péptidos o ceramidas, que refuercen la barrera cutánea mientras realzan la luminosidad natural.
¿Qué productos necesitas?
En Primor puedes encontrar muchos de los imprescindibles para lograr el efecto barniz perfecto:
- Aceites faciales ligeros como el de jojoba, rosa mosqueta o escualano.
- Brumas faciales hidratantes con ácido hialurónico.
- Bálsamos multifunción tipo stick que también puedes usar como iluminador natural.
- Sérums glow con vitamina C o péptidos que dejen la piel viva al instante.