No es nuevo, pero sí es tendencia. El sugaring, también conocido como depilación con azúcar, ha vuelto a nuestras vidas directo desde la Antigüedad (sí, como lo lees) para convertirse en la opción favorita de quienes buscan una piel suave, cuidada y sin irritaciones. Natural, efectiva, menos dolorosa y cada vez más popular, esta técnica de depilación está revolucionando el mundo beauty por ser tan respetuosa con la piel como con el planeta.
Y si tú también estás cansada de las cuchillas express, de las ceras agresivas o de los métodos que prometen mucho y cumplen poco, sigue leyendo. Porque el sugaring no es solo depilación: es casi un ritual. Uno que mima tu piel, respeta tu cuerpo y te deja lista para brillar… sin sufrimiento.
¿Qué es exactamente el sugaring?
El sugaring es una técnica de depilación completamente natural que utiliza una pasta hecha a base de azúcar, agua y zumo de limón. Nada más. Sin químicos, sin perfumes añadidos, sin ingredientes agresivos. Solo tres elementos que se cocinan a fuego lento hasta formar una especie de caramelo maleable que se adhiere al vello… y no a la piel.
Esta pasta se aplica en sentido contrario al crecimiento del vello y se retira siguiendo la dirección natural, lo que reduce notablemente la posibilidad de que el vello se encarne o se rompa. ¿El resultado? Una depilación más duradera, menos dolorosa y con una piel visiblemente más calmada y luminosa.
Beneficios que enamoran (y convencen)
Si hay algo que convierte al sugaring en el nuevo favorito de las rutinas beauty es la cantidad de ventajas que ofrece:
- Menos dolor: al pegarse al vello y no a la piel, la sensación es mucho más suave que con la cera convencional.
- Apto para pieles sensibles: no contiene fragancias ni alérgenos, y su temperatura es tibia, no quema ni irrita.
- Exfoliación natural: la pasta arrastra células muertas, dejando la piel más suave, limpia y luminosa.
- Vello más fino con el tiempo: al arrancarlo de raíz en la dirección correcta, el folículo se debilita y el crecimiento se ralentiza.
- Sin residuos pegajosos: se limpia con agua y no deja restos grasos ni sensación de tirantez.
¿Y lo mejor? Puedes hacerlo en casa o en centros especializados. Y si eres de las que ama el DIY, incluso puedes preparar tu propia mezcla con ingredientes que probablemente ya tienes en la cocina.
¿Cómo se hace una sesión de sugaring?
- Ya sea en casa o en cabina, la aplicación sigue una lógica muy sencilla:
- Se limpia bien la zona y se seca completamente.
- Se toma una pequeña porción de pasta con las manos (sí, sin espátulas) y se aplica en sentido contrario al crecimiento del vello.
- Se estira la piel y se retira la pasta en la dirección del crecimiento, con un movimiento suave y rápido.
- Se repite el proceso hasta eliminar todo el vello y se limpia la piel con agua tibia.
Después, solo necesitas aplicar un poco de aloe vera o tu crema calmante favorita (que, por cierto, encontrarás en Primor) para completar el ritual.
¿Por qué deberías probarlo?
Porque tu piel merece una experiencia más amable. Porque a veces queremos resultados duraderos sin comprometer la salud de nuestra dermis. Porque el sugaring no solo elimina vello, también mima, cuida y mejora la calidad de la piel. Y porque volver a lo natural —con cabeza— es también un acto de amor propio.
Además, cada vez más firmas están lanzando productos de depilación inspirados en esta técnica ancestral, pero con fórmulas mejoradas, fáciles de usar y respetuosas con el medio ambiente. Así que si buscas una alternativa efectiva, sostenible y con resultados de 10… el sugaring puede ser tu nuevo secreto de belleza.
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