¿Tienes un piercing y sientes que se te ha infectado? Tranquilo, hay solución. Es importante destacar que no somos profesionales médicos, pero podemos ofrecerte algunos consejos generales para el cuidado de los piercings. Sin embargo, ten en cuenta que siempre es recomendable consultar a un médico si has sufrido alguna anomalía. No obstante, dicho eso, aquí van algunas recomendaciones que seguir si sientes que tienes el piercing infectado.
Cómo sé que mi piercing está infectado
- Enrojecimiento y calor. El área alrededor del piercing puede estar caliente al tacto y mostrar un enrojecimiento pronunciado.
- Inflamación. La hinchazón es común alrededor de un piercing infectado y puede ser notable.
- Dolor persistente o aumento del dolor. Si el dolor no disminuye o empeora con el tiempo, puede ser un signo de infección.
- Supuración o secreción de pus. La presencia de secreción de color amarillento o verdoso puede ser un signo de infección.
- Mal olor. Un olor desagradable alrededor del piercing puede indicar la presencia de bacterias y una infección.
- Formación de abscesos. En casos graves, puede formarse un absceso alrededor del piercing, que se manifiesta como una protuberancia llena de pus.
Por qué se me infecta el piercing
Por varios motivos, pero entre los más comunes destacan:
- Mala higiene. La falta de higiene adecuada es una de las principales causas de infección en los piercings. Si no te lavas las manos antes de tocar el piercing o si no limpias el piercing regularmente según las instrucciones de cuidado posteriores proporcionadas por tu piercer, aumenta el riesgo de infección.
- Manipulación excesiva. Tocar o jugar con el piercing con las manos sucias puede introducir bacterias en el área del piercing y aumentar el riesgo de infección. Es importante evitar manipular excesivamente el piercing y solo tocarlo cuando sea necesario para la limpieza.
- Uso de joyería inapropiada. El uso de joyería de baja calidad o de materiales a los que el cuerpo puede reaccionar mal, como níquel u otros metales alergénicos, puede irritar el piercing y aumentar el riesgo de infección. Es importante utilizar joyería de alta calidad y asegurarse de que el material sea compatible con tu piel.
- Cuidado inadecuado del piercing. No seguir las instrucciones de cuidado posterior proporcionadas por tu piercer puede aumentar el riesgo de infección. Es importante limpiar y cuidar el piercing según las recomendaciones específicas para promover una curación adecuada y prevenir la infección.
- Ambientes sucios. La exposición a ambientes sucios o contaminados, como piscinas, jacuzzis, saunas o gimnasios, puede aumentar el riesgo de infección en un piercing. Es importante evitar sumergir el piercing en agua sucia y tomar precauciones adicionales en entornos potencialmente contaminados.
- Lesiones o trauma. Los piercings pueden infectarse si sufren lesiones o trauma durante la curación, como tirar o engancharse el piercing accidentalmente. Es importante ser consciente del piercing y evitar actividades que puedan lesionarlo durante el proceso de curación.
Cómo curar un piercing infectado
- Limpia el área con suavidad. Lava tus manos con agua y jabón antes de tocar el piercing. Luego, limpia el área infectada con una solución salina suave. Puedes hacer tu propia solución salina mezclando 1/4 de cucharadita de sal de mesa en una taza de agua tibia. No uses alcohol, peróxido de hidrógeno u otros productos irritantes, ya que pueden empeorar la infección.
- Aplica compresas calientes. Aplica compresas calientes sobre el área infectada varias veces al día. Las compresas calientes pueden ayudar a aliviar el dolor, reducir la inflamación y promover la circulación sanguínea, lo que puede ayudar a combatir la infección.
- No manipules el piercing. Evita tocar o manipular el piercing infectado, ya que esto puede propagar las bacterias y empeorar la infección. No intentes quitar la joyería del piercing a menos que te lo indique un profesional médico.
- Mantén el área limpia y seca. Mantén el área del piercing limpia y seca en todo momento. Evita sumergir el piercing en agua sucia, como piscinas, jacuzzis o cuerpos de agua naturales. Usa ropa limpia y transpirable que no roce ni irrite el piercing.
- Consulta a un profesional de la salud. Si la infección no mejora en unos pocos días o empeora, o si experimentas síntomas como fiebre, escalofríos o secreción de pus, consulta a un médico o a un piercer profesional lo antes posible. Pueden recetarte antibióticos tópicos o sistémicos para tratar la infección.
- Sigue las recomendaciones del profesional. Sigue las instrucciones y recomendaciones proporcionadas por el profesional de la salud para el cuidado del piercing infectado. Esto puede incluir el uso de medicamentos recetados, cambios en la limpieza del piercing o la eliminación temporal de la joyería.