Cuidar tus pechos durante la lactancia se convierte en una rutina imprescindible para tu bienestar. Hay que tener en cuenta que la lactancia es uno de los procesos más importantes para el desarrollo de tu bebé. Está demostrado que no solamente es la leche materna la que alimenta a tu bebé, sino que el vínculo que se genera en la lactancia es también muy importante.
La lactancia hace que se produzcan hormonas importantes para el desarrollo del bebé. Estas hormonas son la prolactina y la oxitocina. Ambas se producen y secretan a través de la hipófisis materna. Esa oxitocina que se libera en este momento, hace que se cree un lazo fuerte entre la madre y el bebé. A su vez, esta genera emociones de seguridad y confort en ambos que ayudan a la nueva vida a estar y crecer en el mundo.
Cosas a tener en cuenta con tus pechos en la lactancia
Antes de pasar a enumerar las claves que completan la rutina para cuidar tus pechos durante la lactancia, vamos a ver algunas alteraciones que pueden surgir en estos para que estés concienciada.
Lo primero que es necesario destacar es que la lactancia es un proceso totalmente natural y todo lo que se da durante este, suele ser igualmente orgánico. Las madres mamíferas paren solos a sus crías, no tienen problemas al amamantar. Lo más importante es que, aunque busques cuidar tus pechos durante la lactancia, te conciencies de que tu cuerpo sabe. A través del instinto y, sobre todo si disfrutas del proceso y mantienes a raya el estrés, las hormonas se encargarán de alinear tu instinto al proceso. Cuanto más disfrutes del proceso y te ocupes de nutrir a tu bebé tanto física como emocionalmente, más natural será todo y más escucha tendrás de tu propio cuerpo.
Cómo cuidar tus pechos durante la lactancia
Una vez que hemos visto lo que es bueno tener en cuenta para que el proceso sea lo más disfrutable y natural posible, vamos a ver cómo puedes cuidar tus pechos durante la lactancia. Ten en cuenta estas claves para ello:
- Los daños que se pueden dar en los pezones al amamantar, pueden ser curados directamente por la leche materna. Puedes aplicar un poco de leche en ellos y masajear con suavidad la zona antes y después de amamantar.
- Es importante cambiar los discos absorbentes a menudo, para evitar posibles infecciones que puedan afectar a tu bebé o a ti misma producidas por hongos o bacterias.
- Respeta los momentos en los que tu bebé demanda pecho. Lo mejor es que no se espacie el tiempo entre tomas, aunque se suele decir que así descansan los pezones. Como hemos dicho, se trata de un proceso natural y el cuerpo sabe adaptarse. Además, las tomas frecuentes facilitan que se dé el suministro de leche necesario para el bebé.
- Lávate los pechos solamente con agua cuando estés en la ducha. Esto es porque los pezones producen un aceite que protege los pezones y los hidrata de manera natural durante el periodo de lactancia. El uso de jabones y geles, por más naturales que sean, harán que se elimine esta sustancia natural.
- Al igual que en el caso anterior, no tienes que hacer nada para secar tus pezones. Lo más recomendable es que dejes que se sequen al aire después de la ducha.
- Tampoco es necesario que limpies los pezones antes de dar el pecho. Menos aún con productos específicos o geles. En este caso de nuevo estaríamos interfiriendo en la maravilla que la naturaleza nos da. Las bacterias que están presentes en la superficie del pecho durante la lactancia, ayudan a que se desarrolle el microbioma intestinal del bebé. Si lo haces, estarás renunciando a ellas.