Te la hemos dicho por activa y por pasiva: tienes que usar un buen protector solar siempre, pero sobre todo a la hora de tomar el sol. Puede que hay cosas que no entiendas, como la razón por la cual nos ponemos rojos. Sin embargo, ponerse rojo cuando se toma el sol es una reacción común conocida como eritema solar o quemadura solar. En este artículo de Primor te contamos por qué.
Por qué no ponemos rojos al tomar el sol
- Exposición a los rayos ultravioleta (UV). La luz solar contiene rayos ultravioleta (UV), que pueden dañar la piel. Existen dos tipos principales de rayos UV que afectan la piel: UVA y UVB. Los rayos UVB son los principales responsables de las quemaduras solares.
- Daño celular y respuesta inflamatoria. Cuando la piel se expone a los rayos UV, estos pueden dañar el ADN de las células de la piel. Este daño desencadena una respuesta inflamatoria en el cuerpo, que incluye la dilatación de los vasos sanguíneos en la piel para aumentar el flujo sanguíneo y ayudar en el proceso de reparación. Este aumento del flujo sanguíneo causa el enrojecimiento de la piel.
- Producción de melanina. La piel produce melanina, un pigmento que ayuda a proteger contra el daño de los rayos UV. Sin embargo, la producción de melanina no es inmediata y no es suficiente para proteger completamente contra las quemaduras solares, especialmente en personas con piel clara. Antes de que la melanina aumente suficientemente para brindar protección, la piel puede enrojecerse y quemarse.
- Liberación de mediadores inflamatorios. Los rayos UV también provocan la liberación de mediadores inflamatorios como las prostaglandinas y las citoquinas. Estos compuestos químicos aumentan la permeabilidad de los vasos sanguíneos y contribuyen a la inflamación y el enrojecimiento.
Cómo prevenir el enrojecimiento y las quemaduras solares
- Usar protector solar. ¿Es fácil verdad? Pues te recomendamos encarecidamente que lo hagas. Aplica un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30. Asegúrate de aplicarlo generosamente y de volver a aplicarlo cada dos horas, o con mayor frecuencia si estás nadando o sudando.
- Evitar la exposición prolongada al sol. Limita tu tiempo bajo el sol, especialmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más fuertes.
- Buscar sombra siempre que sea posible puede reducir la exposición directa a los rayos UV.
- Hidratarse. Mantén tu piel y tu cuerpo hidratados, ya que una piel bien hidratada puede ser más resistente al daño solar.
Qué hago si estoy roja del sol
- Hidratar la piel. Usa lociones calmantes que contengan aloe vera o hidratantes para aliviar el dolor y la sequedad.
- Tomar baños fríos. Los baños o duchas frías alivian el dolor y reducen la inflamación.
- Beber mucha agua. Mantén tu cuerpo hidratado para ayudar a la piel a recuperarse.
- Evitar la exposición adicional al sol. Mantente alejado del sol hasta que la piel haya sanado completamente para evitar un daño mayor.