Hay síntomas que asumimos como “normales” cuando no deberían serlo: piernas pesadas, tobillos hinchados al final del día, calambres nocturnos o esa sensación de cosquilleo que aparece cuando llevas un rato sentada. Si estos signos te suenan familiares, puede que tu cuerpo te esté dando una pista importante: tu circulación necesita ayuda. Y no, no es cosa de edad, ni algo que debas dejar pasar. La mala circulación en las piernas es un problema más común de lo que imaginamos, especialmente en mujeres. La buena noticia es que podemos detectarla, entenderla y, lo más importante, mejorarla con pequeños cambios en nuestra rutina diaria, algunos aliados beauty y mucho mimo corporal. Porque cuidar tus piernas no es solo una cuestión estética: es una forma de salud (y autocuidado) con mayúsculas.
¿Cómo saber si tienes mala circulación en las piernas?
La clave está en escuchar tu cuerpo. Aquí te dejamos los síntomas más comunes:
- Sensación de pesadez o cansancio en las piernas, sobre todo al final del día.
Hinchazón en tobillos y pies (especialmente si pasas muchas horas de pie o sentada). - Calambres nocturnos o dolor punzante.
- Venas varicosas o arañas vasculares visibles.
- Hormigueo o entumecimiento.
- Cambios en el color de la piel, que puede volverse más rojiza o azulada en ciertas zonas.
Estos signos suelen agravarse en verano, con el calor, o si pasamos mucho tiempo en la misma postura. Si te identificas con varios de ellos, es hora de tomar medidas.
¿Qué provoca la mala circulación de piernas?
Detrás de esta condición hay varias causas, pero las más habituales son:
- Falta de movimiento (sedentarismo, jornadas largas en oficina).
- Factores hormonales (embarazo, menopausia, anticonceptivos).
- Predisposición genética.
- Sobrepeso o alimentación poco equilibrada.
- Calor excesivo, que dilata los vasos sanguíneos y dificulta el retorno venoso.
Afortunadamente, la solución no siempre implica tratamientos médicos. Hay muchos gestos diarios que pueden marcar la diferencia… y tu piel también lo va a notar.
¿Qué puedes hacer para mejorar tu circulación?
1/ Muévete (aunque sea un poco)
El movimiento es esencial. Caminar al menos 30 minutos al día, subir escaleras, estirarte o hacer ejercicios de piernas desde casa (como elevar los pies o hacer círculos con los tobillos) ayuda a activar la circulación. ¿Trabajas sentada? Intenta levantarte cada hora, aunque sea para estirar.
2/ Masajes y productos específicos
En Primor encontrarás geles circulatorios, cremas efecto frío y aceites tonificantes que estimulan la circulación y calman las molestias. Aplícalos con masajes ascendentes, desde los tobillos hasta los muslos, preferiblemente después de la ducha. Ingredientes como el mentol, la vid roja, el castaño de Indias o el árnica son clave.
3/ Duchas frías (o templadas, al menos)
El contraste de temperatura es un gran estimulante vascular. Al terminar tu ducha, aplica agua fría en las piernas, de abajo hacia arriba. Ayuda a desinflamar, mejora el tono muscular y reactiva la circulación al instante.
4/ Eleva tus piernas
Después de un día largo, recuéstate con las piernas en alto durante 10-15 minutos. Puedes apoyarlas en la pared o usar cojines. Este simple gesto favorece el retorno venoso y reduce la hinchazón.
5/ Cuida tu alimentación
Reduce el consumo de sal, bebe mucha agua y apuesta por alimentos ricos en antioxidantes, vitamina C, potasio y fibra. Frutas rojas, vegetales verdes, frutos secos o infusiones de cola de caballo pueden ser grandes aliados.