¿Te pican los ojos y los tienes rojos? Es posible que tengas una infección. No obstante, hay muchos tipos de infecciones oculares, por lo que conviene siempre acudir a un experto antes de saber cómo proceder para curarla. No obstante, en este artículo de Primor te contamos algunos de los tipos, así como los consejos generales para aliviar molestias.
Tipos de infecciones oculares
Las infecciones oculares pueden afectar diferentes partes del ojo y tener diversas causas, incluyendo bacterias, virus, hongos o parásitos. Algunas de las más comunes son
- Conjuntivitis. También conocida como "ojo rojo" o "conjuntivitis", es una inflamación de la membrana transparente que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados (conjuntiva). Puede ser causada por virus, bacterias, alergias o irritantes.
- Blefaritis. Es una inflamación de los párpados, generalmente causada por bacterias. Puede afectar los folículos pilosos de las pestañas, lo que lleva a la acumulación de costras y enrojecimiento de los párpados.
- Queratitis. Es una inflamación de la córnea, la parte transparente del ojo. Puede ser causada por bacterias, virus, hongos o lesiones oculares.
- Uveítis. Es la inflamación de la úvea, que es la capa intermedia del ojo que incluye el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Puede ser causada por infecciones, enfermedades autoinmunes o traumatismos.
- Orzuelo. Es una infección de las glándulas sebáceas en la base de las pestañas o dentro del párpado. Generalmente, es causado por bacterias.
- Celulitis orbitaria. Es una infección grave que afecta los tejidos que rodean el ojo. Puede ser causada por bacterias y generalmente se asocia con síntomas como hinchazón, dolor y fiebre.
- Endoftalmitis. Es una infección severa del interior del ojo, generalmente asociada con cirugía ocular o lesiones penetrantes. Puede llevar a la pérdida de la visión si no se trata rápidamente.
Cómo curar una infección ocular: consejos
Lo más importante a tener en cuenta es saber que algunas infecciones oculares pueden ser contagiosas, y en casos de síntomas persistentes o graves, se debe buscar atención médica para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados. Por lo que, aunque te demos estas pautas generales, es crucial buscar la orientación de un profesional.
- Consulta con un profesional de la salud. Si sospechas que tienes una infección ocular, es fundamental que busques la opinión de un oftalmólogo o un médico. No intentes auto diagnosticarte ni automedicarte, ya que las infecciones oculares pueden tener causas diversas y requerir enfoques específicos.
- Limpieza. Para infecciones leves, como conjuntivitis, es importante mantener el ojo limpio. Puedes usar solución salina o agua hervida y enfriada para lavar suavemente el ojo afectado. Asegúrate de utilizar un pañuelo de papel limpio o una gasa para secar el área, y evita compartir toallas u otros objetos que entren en contacto con los ojos.
- Compresas frías. Las compresas frías pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar la incomodidad. Usa un paño limpio empapado en agua fría y colócalo suavemente sobre el ojo cerrado.
- Evita frotarte los ojos. Frotarse los ojos puede empeorar la infección y aumentar el riesgo de propagarla. Intenta evitar tocar o frotar el ojo afectado con las manos.
- Medicamentos. El tratamiento con medicamentos puede variar según la causa de la infección. Pueden recetarse colirios o ungüentos oftálmicos que contengan antibióticos, antivirales o antifúngicos, según sea necesario. Sigue las indicaciones del profesional de la salud y completa el curso de tratamiento.
- El descanso visual es vital. Descansar los ojos, especialmente si la infección está causando fatiga ocular, puede ser beneficioso. Reduce el tiempo frente a pantallas y evita actividades que puedan causar más irritación.
- Higiene personal. Lávate las manos con frecuencia, evita compartir toallas y otros objetos personales, y asegúrate de seguir las prácticas de higiene recomendadas por el profesional de la salud.