Si alguna vez te has despertado con la piel irritada, algún brote inesperado o una sensación de incomodidad en el rostro, puede que la causa esté mucho más cerca de lo que crees: en tu cama. Aunque a simple vista nuestras sábanas y pijamas parezcan limpios, lo cierto es que acumulan bacterias, sudor, restos de células muertas e incluso ácaros que pueden afectar directamente a la salud de nuestra piel. Pero, ¿cada cuánto deberíamos lavar nuestra ropa de cama para mantener nuestra piel sana y libre de problemas? En este artículo de Primor desvelamos tus dudas.
¿Cada cuánto deberíamos lavar nuestra ropa de cama para mantener nuestra piel sana?
1/ Sábanas: una vez por semana, como mínimo
Las sábanas están en contacto directo con nuestra piel durante varias horas cada noche, lo que las convierte en un imán para el sudor, la grasa y los residuos que nuestro cuerpo expulsa mientras dormimos. Si no las lavamos con la frecuencia adecuada, pueden convertirse en un caldo de cultivo para bacterias y ácaros que pueden provocar brotes de acné, irritaciones o reacciones alérgicas.
Lo ideal es lavarlas una vez a la semana con agua caliente (mínimo a 60ºC) para eliminar eficazmente los gérmenes y restos de suciedad. En verano o si sudas mucho, aumentar la frecuencia a cada tres o cuatro días es una buena idea para mantener la piel fresca y libre de impurezas.
2/ Fundas de almohada: cada tres días
Si hay un textil que realmente afecta a la piel del rostro, ese es la funda de la almohada. Cada noche, nuestro rostro está en contacto directo con ella, dejando restos de crema, maquillaje (si no hemos hecho una limpieza facial adecuada), grasa y bacterias. ¿El resultado? Posibles brotes de acné, irritaciones y poros obstruidos.
Para evitarlo, lo ideal es cambiar la funda de la almohada cada tres días. Si tienes la piel sensible o propensa a los granitos, usar fundas de seda o satén puede ayudar a reducir la fricción y minimizar la aparición de imperfecciones.
3/ Pijamas: dos o tres usos como máximo
Aunque a simple vista no parezcan sucios, los pijamas también acumulan sudor, células muertas y bacterias, sobre todo en épocas de calor. Lo ideal es lavarlos cada dos o tres usos para mantener una buena higiene y evitar que estas impurezas afecten a nuestra piel. En verano, cuando el calor hace que sudemos más, lavarlos después de cada uso es una práctica recomendable.
4/ Edredón y manta: una vez al mes
Aunque no están en contacto directo con la piel como las sábanas, los edredones y mantas también acumulan polvo, bacterias y ácaros con el tiempo. Para mantener una buena higiene, lo recomendable es lavarlos al menos una vez al mes, preferiblemente con agua caliente y un detergente suave que elimine cualquier residuo sin dañar los tejidos.
5/ Colchón: no olvides aspirarlo
Sí, el colchón también necesita mantenimiento. Con el tiempo, absorbe sudor, polvo y ácaros que pueden afectar tanto a la piel como a la salud respiratoria. Una buena práctica es aspirarlo cada dos semanas y, si es posible, exponerlo al sol para eliminar la humedad y las bacterias.
¿Qué pasa si no seguimos estas recomendaciones?
No lavar las sábanas, fundas de almohada o pijamas con la frecuencia adecuada puede provocar problemas como acné, irritaciones, alergias e incluso infecciones cutáneas. Además, un entorno de descanso poco higiénico puede afectar la calidad del sueño y, por lo tanto, el estado general de la piel.