Puede que hayas oído hablar de él, o puede que no, pero debes saber qué es el eritema solar. ¿La razón? Es bastante común en verano si tomas el sol, y aunque en principio no es grave, puede serlo si no se controla.
¿Qué es el eritema solar?
El eritema solar es una reacción cutánea caracterizada por el enrojecimiento y la inflamación de la piel, causada por la sobreexposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol. Es más comúnmente conocido como quemadura solar. Esta condición se manifiesta cuando la piel, especialmente la que no está acostumbrada a la exposición solar intensa, se expone a los rayos UV por un tiempo prolongado sin la protección adecuada.
El eritema solar puede variar en gravedad, desde una leve irritación hasta una quemadura grave, con síntomas que incluyen enrojecimiento, dolor, sensibilidad, y en casos severos, ampollas y descamación.
Qué lo causa
El eritema solar ocurre principalmente debido a la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) del sol, que daña las células de la epidermis, la capa más externa de la piel. Este daño celular provoca una respuesta inflamatoria, enrojece e inflama la piel, dando lugar a los eritemas. Además, el riesgo de desarrollar eritema solar aumenta con:
- La falta de uso de protectores solares.
- La exposición prolongada al sol, especialmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando la radiación UV es más intensa.
- La altitud y la latitud: en áreas más cercanas al ecuador o a mayor altitud, la radiación UV es más fuerte.
- Superficies que reflejan la luz solar, como el agua, la arena y la nieve, que intensifican la exposición.
Cómo se trata un eritema solar
Principalmente, aliviando los síntomas. ¿Cómo?
- Enfriando la piel con duchas o baños con agua fría, o aplicando compresas frías en las áreas afectadas puede ayudar a reducir la temperatura de la piel y aliviar el dolor.
- Hidratación. Después de enfriar la piel, es crucial aplicar una crema hidratante o loción, preferiblemente a base de aloe vera o que contenga ingredientes calmantes, para rehidratar la piel y reducir la descamación.
- Beber agua. Es importante mantenerse hidratado, ya que el eritema solar puede deshidratar el cuerpo. Beber abundante agua ayuda a reponer los líquidos perdidos y promueve la recuperación de la piel.
- Medicamentos antiinflamatorios. Tomar un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) como ibuprofeno o aspirina suelen ayudar a reducir la inflamación, el dolor y la hinchazón.
- Ni se te ocurra tomar el sol. Mientras la piel esté en proceso de curación, es fundamental evitarlo.
- No rompas las ampollas. Si aparecen ampollas, es importante no reventarlas, ya que protegen las capas más profundas de la piel mientras se curan. Si se rompen accidentalmente, limpiar suavemente con agua y jabón y aplicar un antiséptico para evitar infecciones.
La mejor cura: la prevención
- Usar protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, aplicándolo generosamente y reaplicándolo cada dos horas, o después de nadar o sudar.
- Evitar la exposición al sol durante las horas pico de radiación UV.
- Buscar sombra siempre que sea posible.