El entrenamiento de fuerza es importante no solamente para cuidar la resistencia y la salud física, sino para otras funciones. Algunos ejemplos son la mejora que tiene el entrenamiento de fuerza sobre la función metabólica, hormonal, emocional y psicológica. Cada vez está más demostrada la relación entre el cuerpo y la mente. Ya lo decían los antiguos y, cuanto más estudios vemos de que las personas que realizan ejercicio y entrenamiento de fuerza son más felices, más nos convencemos de ello.
Hoy en Primor vemos todos los beneficios que el entrenamiento de fuerza tiene en las mujeres a largo plazo, para que te animes a incluirlo en tus rutinas.
Equilibrio hormonal
El entrenamiento de fuerza es capaz de equilibrar hormonas asociadas al estrés, como el cortisol. Pero es que además, produce endorfinas, promoviendo el bienestar emocional.
Esto hace que el entrenamiento de fuerza en mujeres sea especialmente interesante, ya que también influye en unos adecuados niveles de estrógenos, lo que puede ayudar a mitigar síntomas de la menopausia, por ejemplo.
Bienestar emocional
Como hemos dicho, la relación entre mente y cuerpo es innegable. Por ello, cuando hay problemas psicoemocionales o emocionales, muchas veces lo mejor es hacer ejercicio, aunque también se acompañe de acompañamiento terapéutico cuando se necesite. Y es que, al igual que por ejemplo quienes practican la escalada dicen trabajar sus miedos con este deporte a nivel emocional, el entrenamiento de fuerza hace a la persona que lo practica más resiliente. La sensación de fortaleza física se traduce en una sensación de fortaleza emocional.
Previene otras lesiones y dolores
Evidentemente, para las mujeres que practican deporte a diario, el entrenamiento de fuerza es más que recomendable ya que fortalece articulaciones, tendones y ligamentos. Esto hace que se reduzca en gran medida el riesgo de lesiones cuando se practica ejercicio de alto impacto o cardio intenso, por ejemplo. Por ello, un equilibrio entre este tipo de ejercicios o deportes y el entrenamiento de fuerza es fundamental. Además, también reduce dolores como la artritis y los derivados de problemas posturales.
Calidad de vida
Evidentemente, hacer ejercicio previene la oxidación natural que se va produciendo en el organismo cuando pasan los años. Pero además, el entrenamiento de fuerza específicamente está asociado con una mayor esperanza de vida y una mejor calidad de vida en la vejez. Está claro que el hecho de mantenerse fuerte y ágil ayuda a mantener la independencia física durante más tiempo. A la hora de moverse y llevar tareas por sí mismas, los beneficios a largo plazo de realizar entrenamiento de fuerza pueden ser notables en mujeres a este respecto.
Favorece procesos femeninos
Pero, además, el entrenamiento de fuerza en mujeres tiene beneficios a largo plazo en distintas etapas de su vida, como en embarazo, la menopausia o la edad más madura y la vejez. De este modo, durante el embarazo, el entrenamiento de fuerza es capaz de mejorar la fuerza necesaria para soportar los cambios físicos. Incluso facilita el parto y la recuperación posparto, al tener una musculatura trabajada y flexible.
En el caso de la menopausia el entrenamiento de fuerza combate la pérdida ósea y muscular típica de esta etapa y de los cambios hormonales y físicos que se dan ella, una razón de peso para practicar este tipo de entrenamiento en esta etapa. Durante la edad más madura, el entrenamiento de fuerza en mujeres disminuye el riesgo de discapacidad y enfermedades crónicas.
Mejoras en el día a día
El entrenamiento de fuerza en las mujeres ayuda también a algunas mejoras en materia de fuerza en su día a día, como levantar peso o cargar con algunas cosas. A nivel biológico, el hombre suele tener más fuerza para estar tareas por naturaleza sin embargo, la mujer puede desarrollarlas si practica entrenamiento de fuerza.