Si crees que el plástico solo está en las botellas de agua, siento decirte que tu neceser tiene algo que confesar. Porque sí: ese bálsamo labial que adoras, ese bote de champú que huele a spa caro y esa máscara de pestañas que levanta hasta el ánimo… probablemente contienen más plástico del que te gustaría admitir.
Y no, no te estoy diciendo que tires todo y te vayas a vivir al bosque con un jabón de coco. Pero si estás leyendo esto, seguramente te importa el planeta y tu piel. Y tengo buenas noticias: puedes hacer ambas cosas sin renunciar a tu ritual de belleza.
Consejos para eliminar el plástico de tu rutina de belleza
1/ Adiós, plástico de un solo uso: hola, belleza duradera
La regla de oro: si es de usar y tirar, mejor buscarle un reemplazo. Los discos desmaquillantes de algodón, las toallitas húmedas y los aplicadores de plástico son cómodos, sí, pero también son basura en tiempo récord. Opta por alternativas reutilizables:
- Discos de tela lavables
- Toallas desmaquillantes tipo “makeup eraser”
- Bastoncillos de bambú
Tu piel ni lo notará, pero el planeta sí.
2/ Champú en pastilla: el cambio que más impacto tiene
Uno de los mayores residuos cosméticos es… el bote de champú. Así, sin rodeos. Cambiar a un champú sólido no solo reduce el plástico, sino que suele durar más y viene con menos agua y más ingredientes activos. Eso sí: necesitas una jabonera o latita para guardarlo, pero hey, es 2025, y ya las hacen monísimas.
Y si te animas, puedes hacer lo mismo con el gel de ducha, el acondicionador e incluso el desodorante.
3/ Menos productos, mejores fórmulas
No necesitas 27 pasos en tu rutina para tener buena cara. Muchas veces acumulamos envases por comprar sin pensar. Haz limpieza y quédate con lo esencial:
- Un buen limpiador
- Un sérum que funcione
- Una hidratante versátil
- Y protección solar (porque no somos inmortales)
Opta por marcas que apuestan por envases reciclables, de vidrio o sin envase. Menos es más, también en sostenibilidad.
4/ Busca marcas con refill o sistema de retorno
Algunas marcas ya ofrecen recambios para sus cremas, perfumes o maquillajes. En vez de comprar el producto entero, compras solo el interior, que viene en envases reciclables o compostables. ¿Resultado? Menos plástico, menos residuos y, muchas veces, más barato.
Primor ya trabaja con varias de estas marcas. Y si no lo sabías, ahora lo sabes.
5/ Di sí al vidrio, al metal y al cartón (pero con criterio)
No todo lo que no es plástico es sostenible automáticamente. Pero, por norma general:
- El vidrio se recicla infinitamente.
- El aluminio es ligero, resistente y reciclable.
- El cartón compostable es ideal para packaging.
¿Lo importante? Que el envase no esté compuesto por mil materiales distintos. Cuanto más simple, más fácil es reciclarlo.
6/ Aplica la belleza minimalista (y consciente)
Reducir el plástico no es solo un acto práctico, también es un gesto de autocuidado con propósito. Porque cuando eliges conscientemente lo que entra en tu baño, también eliges cómo te relacionas con el mundo.
Hazlo poco a poco. Empieza con ese producto que estás a punto de reponer y busca una versión sin plástico o con menos impacto. Pequeños cambios → grandes resultados.
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