¿Te has hecho un tatuaje y se te ha infectado? Bien, en estos casos, lo primero es que no cunda el pánico. Es algo más común de lo que parece y lo bueno es que tiene solución, y en este artículo de Primor te contamos el paso a paso de un cuidado para un tatuaje infectado. No obstante, si tienes dudas, lo principal siempre es consultar con un dermatólogo o con un experto de la piel que estudie tu caso personalizado.
¿Cómo se ve un tatuaje infectado los primeros días?
Pues siento decepcionarte, porque no hay solo un síntoma y depende de la persona. Te en cuenta que los signos de un tatuaje infectado en los primeros días pueden variar dependiendo de la gravedad de la infección y la sensibilidad individual de cada persona. Algunos de los más comunes son.
- Enrojecimiento excesivo. Un poco de enrojecimiento es normal en los primeros días después de hacerse un tatuaje, pero si el área del tatuaje está excepcionalmente roja, caliente al tacto y no mejora con el tiempo, podría ser un signo de infección.
- Hinchazón intensa. Una ligera hinchazón es común después de hacerse un tatuaje, pero si la hinchazón es excesiva, dolorosa y persiste más allá de los primeros días, podría indicar una infección.
- Dolor intenso o sensibilidad. Un poco de sensibilidad o molestia es normal en los días posteriores a hacerse un tatuaje, pero si experimentas un dolor intenso que no mejora con el tiempo, especialmente si es acompañado de fiebre, podría ser un signo de infección.
- Secreción de líquido o pus. La presencia de líquido claro o pus en el área del tatuaje es un signo claro de infección. La secreción de líquido puede indicar que el cuerpo está luchando contra la infección.
- Aparición de manchas o costras anormales. Las costras son normales en los días posteriores a hacerse un tatuaje, pero si aparecen manchas de color amarillo, verde o marrón, especialmente si son acompañadas de otros síntomas de infección, podría ser un signo de infección.
- Fiebre. Si desarrollas fiebre en los primeros días después de hacerte un tatuaje, especialmente si es alta o persistente, podría ser un signo de infección y debes buscar atención médica de inmediato.
Es importante tener en cuenta que estos signos no son exclusivos de una infección y pueden variar de una persona a otra. Sin embargo, si experimentas alguno de estos síntomas y estás preocupado por la posibilidad de una infección, es importante que consultes a tu tatuador o a un profesional médico para obtener una evaluación adecuada y un tratamiento adecuado.
Cómo curar un tatuaje infectado
- Limpieza. Lava el área del tatuaje suavemente con agua tibia y un jabón suave sin fragancia. Evita frotar demasiado fuerte para no irritar la piel aún más.
- Aplicación de compresas calientes. Aplica compresas calientes sobre el tatuaje infectado varias veces al día. Esto puede ayudar a abrir los poros y permitir que el pus y las bacterias salgan.
- No tocar ni rascar. Evita tocar o rascar el tatuaje infectado, ya que esto puede empeorar la infección y aumentar el riesgo de propagar las bacterias.
- Aplicación de un antibiótico tópico. Si el médico lo recomienda, puedes aplicar un antibiótico tópico como pomada de bacitracina o mupirocina en el área infectada para ayudar a combatir la infección.
- Consulta a un médico. Siempre, ante la mínima dida. Si el tatuaje está gravemente infectado, si experimentas síntomas como fiebre, dolor intenso, enrojecimiento extendido o secreción pus, es importante que consultes a un médico de inmediato. Pueden recetarte antibióticos orales u otros tratamientos según sea necesario.
- Mantén el área limpia y seca. Después de limpiar el tatuaje, asegúrate de mantener el área limpia y seca en todo momento. Evita cubrir el tatuaje con vendajes o ropa ajustada que pueda frotar contra él.
- Sigue las instrucciones de cuidado posteriores al tatuaje. Si el tatuador te proporcionó instrucciones de cuidado posteriores al tatuaje, asegúrate de seguirlas cuidadosamente. Esto puede incluir el uso de cremas específicas, evitar la exposición al sol y evitar nadar o sumergir el tatuaje en agua durante un período de tiempo específico.