Es enero, el mes de los buenos propósitos, pero hay algo que te está costando más que nunca: ¡volver al gimnasio! Después de unos días de descanso, celebraciones y comida reconfortante, retomar la rutina de ejercicio puede sentirse como una montaña imposible de escalar. Y no eres la única que lo siente. A menudo, ese primer paso para regresar a las clases, elípticas o pesas es el más difícil, pero no te preocupes, ¡te traemos trucos y consejos infalibles para que volver al gimnasio sea más fácil que nunca!
Trucos y consejos infalibles para volver al gimnasio
1. Establece objetivos pequeños y alcanzables
Una de las principales razones por las que nos cuesta volver al gimnasio es porque nos planteamos metas demasiado grandes y ambiciosas. ¡Recuerda! El comienzo es la parte más importante, y lograr objetivos pequeños puede marcar la diferencia. En lugar de pensar en “recuperar toda la forma en un mes”, empieza con metas sencillas: “Voy a ir tres veces esta semana” o “Voy a hacer 20 minutos de cardio”. Estos pequeños logros no solo son alcanzables, sino que te dan una dosis de motivación que te empuja a seguir.
2. Vuelve con una rutina que te guste
Nada peor que regresar a una rutina que no te motiva ni un poquito. Cuando la actividad física se convierte en un castigo, es mucho más fácil caer en la tentación de abandonarla. Aprovecha el momento de regreso para probar algo nuevo o retomar lo que realmente te apasiona. Ya sea yoga, pilates, danza, spinning o clases colectivas, elegir una disciplina que disfrutes hará que el gimnasio deje de ser una obligación y se convierta en algo que te guste. Si te entusiasma la actividad, ¡te costará mucho menos volver!
3. Prepárate para el regreso la noche anterior
Uno de los trucos más efectivos para no fallar en tu primer día de gimnasio es prepararte la noche anterior. Deja la ropa de deporte lista, organiza tu mochila con todo lo que necesitas y, si tienes tiempo, prepara un pequeño desayuno que te dé energía. Hacer esto reduce la posibilidad de que, al despertar, te dé pereza ir. Además, al tener todo preparado, te sentirás más organizada y menos estresada.
4. Enfócate en cómo te sientes después de hacer ejercicio
Es fácil caer en la trampa de pensar solo en el esfuerzo que implica ir al gimnasio. En lugar de enfocarte en la incomodidad o el cansancio de la actividad, recuerda cómo te sientes al terminar: más ligera, con energía, de buen humor y, sobre todo, ¡orgullosa de ti misma por haberlo logrado! Reflexionar sobre esos sentimientos positivos puede ser un gran motivador para volver a dar ese paso al gimnasio.
5. Busca un compañero de entrenamiento
Si lo tuyo es el trabajo en equipo, ¡la solución está clara! Invita a un amigo o familiar a hacer ejercicio contigo. No solo te será más fácil establecer un compromiso, sino que te será más divertido. Tener a alguien con quien compartir esa primera vuelta al gimnasio convierte el regreso en algo social, en vez de una actividad solitaria. Además, la sensación de tener un compañero que te motive es ideal para mantenerte constante.
6. No te exijas demasiado al principio
Es completamente normal que tu nivel de energía y resistencia no sea el mismo que antes de las vacaciones. No te frustres si al principio te cuesta un poco más o si no puedes hacer todos los ejercicios que hacías anteriormente. Recuerda que el objetivo es ir recuperando tu ritmo poco a poco, sin forzarte. Si eres amable contigo misma y vas adaptándote a tu nuevo nivel de energía, te sentirás menos presionada y más motivada para seguir adelante.
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