Los cambios en el cuerpo durante el embarazo y la lactancia son inevitables. Sería absurdo pensar que el cuerpo no va a cambiar cuando se está gestando dentro un ser humano. La clave reside en confiar que lo hace respecto a las adaptaciones que necesita. Desde nuevos estados físicos y hormonales, hasta otros emocionales son producidos por los cambios en el cuerpo durante el embarazo y la lactancia.
La misión de los cambios en el cuerpo durante el embarazo y la lactancia
El embarazo y la lactancia son un cóctel de hormonas y cavidades que se preparan para recibir nueva vida. Una verdadera maravilla. Aunque muchas veces se resalta la parte dolorosa o difícil del embarazo o la lactancia, es importante que sepas que no tiene por qué ser así. Cada vez vemos más informaciones sobre embarazo, lactancia y maternidad consciente.
Informaciones que nos dan paz y nos enseñan que puede ser un proceso precioso aunque en algunos momentos, requiera de mucha entrega y adaptaciones en nuestra vida. Contenidos que nos comunican que nuestro cuerpo está hecho para gestar y nutrir a nuestras hijas e hijos. Vamos a ver cuáles son los cambios en el cuerpo durante el embarazo y la lactancia y lo que aportan a estos procesos.
Las hormonas del embarazo y la lactancia
Hemos de entender en primer lugar que quienes orquestan los cambios en el cuerpo durante el embarazo y la lactancia, son las hormonas. Las mismas que hacen que cada mes ovulemos para poder traer vida. Las mismas que dictan cuándo es el momento de que dejemos de ser físicamente fértiles. El cuerpo de la mujer es toda una mecánica perfecta en cuanto a hormonas se refiere. Estas son las hormonas que participan del embarazo y su función:
- Estrógenos y progesterona: son también protagonistas de los cambios en el cuerpo durante el embarazo y la lactancia. Al igual que dictan nuestros ciclos menstruales, forman parte esencial del embarazo. Durante el tercer trimestre del embarazo alcanzan su punto máximo. Al contrario que sucede durante la menstruación y cuando estamos expulsando un óvulo no fecundado, que se encuentran en sus niveles más bajos.
- Relaxina: es la hormona que prepara el cuerpo para el parto y la responsable de que la zona de la pelvis se expanda y flexibilice para cuando llega el momento de dar a luz. Su principal función es la de relajar los ligamentos de la pelvis.
- Prolactina: la oxitocina es la responsable de que se produzca leche materna cuando llega el momento de la lactancia.
- Oxitocina: la oxitocina, por su parte, es la responsable de que se dé la expulsión de leche que se necesita para poder amamantar. Además, también contribuye a que se cree un vínculo fuerte entre la madre y el bebé. Esta es la belleza y la importancia de la lactancia. Aunque, se puede crear ese vínculo también con el contacto físico constante y amoroso los primeros meses de vida del bebé.
Cambios en el cuerpo durante el embarazo y la lactancia
Además de estos cambios hormonales que posibilitan que se den las condiciones para un embarazo y una lactancia adecuados, hay algunos cambios físicos que se dan. Son los siguientes:
- Mayor sensibilidad en los senos: desde el principio en algunas ocasiones.
- Crecimiento de los senos
- Oscurecimiento de los pezones: para que el bebé cuando nazca reconozca la zona y la lactancia se pueda dar con normalidad y de manera orgánica.
- Aumento del apetito
- Cambios en los niveles de energía: algunas mujeres sienten mayores niveles de energía en algunas etapas del embarazo. Debes saber que en estos momentos puedes dar paseos, que es la actividad física recomendada durante el embarazo. Otras veces puede ocurrir lo contrario, que se dé cansancio o necesidad de dormir más. Es necesario escuchar al cuerpo y darle lo que necesita en cada momento.
- Preparación para el parto: el cuello del útero comienza a dilatarse y aflojarse