Tic-Tac, Tic-Tac… Lo sabes, el cambio de hora ya está aquí. Recuerda, este domingo a las tres de la mañana serán las dos, por lo que tendrás una hora más de diversión o de sueño. No obstante, no todo es un cuento de hadas, porque lo quieras o no, el cambio de hora va a afectar a tu piel (y más de lo que imaginas).
La Dra. Ana Neves, portavoz de la unidad de Medicina del Estilo de Vida de Clínica FEMM, explica que “el cambio de hora desajusta nuestros ritmos circadianos, que están controlados por la luz natural. También afecta a la producción de melatonina, por lo que es normal que, tras este proceso, el cuerpo experimente sensaciones negativas y una energía menor a la habitual”. Aparecen ojeras, la piel se apaga… ¡Un desastre! Por lo que, en este artículo de Primor te contamos cómo afecta el cambio de hora a la piel y qué puedes hacer para notarlo menos.
Cómo afecta el cambio de hora a la piel
- Menos regeneración cutánea. Al perder una hora de luz solar, se reducen los niveles de vitamina D, lo cual afecta la capacidad de la piel para regenerarse. Esto hace que la piel se vea más apagada, seca y áspera, ya que los mecanismos naturales de renovación celular se ralentizan.
- Mayor sensibilidad. El estrés que el cambio de hora provoca en el cuerpo también se refleja en la piel, generando síntomas como rojeces, picor y tirantez. Esto es resultado de la respuesta del organismo a la alteración en los ciclos de luz y sueño.
- Falta de luminosidad y poros más visibles. Los trastornos del sueño, como dificultades para conciliar el sueño o despertares precoces, aumentan los niveles de cortisol (la hormona del estrés). Esto puede hacer que la piel luzca opaca y con los poros más visibles debido a la falta de descanso adecuado.
- Deshidratación y pérdida de firmeza. La alteración de los niveles de melatonina, que también regula el sueño y la reparación celular, contribuye a la deshidratación de la piel y a la pérdida de elasticidad, lo que afecta su firmeza.
Qué puedo hacer para no notarlo tanto
Aunque este proceso dura únicamente unos pocos días, es recomendable preparar a nuestro organismo para que el cambio no sea tan drástico.
- Cambio progresivo. Según la doctora, atrasar la hora de dormir diez o quince minutos puede ayudar a que el cambio no resulte tan brusco para el organismo. Así el choque será más llevadero.
- Tips para no perder el sueño. Evita la cafeína por la tarde, no tomes comidas pesadas antes de descansar ni tampoco siestas de menos de veinte minutos durante el día.
- Exposición al sol. La luz solar mantiene al organismo activo frenando la somnolencia. “Un paseo durante el mediodía constituye un gran aliado a la hora de mantener el cuerpo atento”, cuenta la Dra. Ana Neves.
- Estilo de vida saludable. Tanto la actividad física como una alimentación equilibrada evitan que los ciclos de sueño se alteren. La Dra. Neves añade que es importante mantener horarios de comida que no afecten a nuestro descanso. “También puede incorporar al menú nocturno ciertos alimentos ricos en triptófano, un aminoácido necesario para segregar melatonina. Algunos ejemplos son el chocolate negro, el plátano y los huevos”.