Si alguna vez has salido de casa pensando que llevabas un look ideal y, al verte en el espejo del ascensor, has sentido que "algo no encajaba", probablemente te faltaba esto: armonía de color. Y no, no es un concepto reservado para maquilladores profesionales ni un término técnico que da miedo. La armonía de color es esa magia sutil que hace que todo tu maquillaje —desde el tono del labial hasta el colorete y las sombras— encaje como un rompecabezas perfecto… contigo.
Porque el maquillaje no solo va de cubrir, resaltar o transformar. Va de encontrar el equilibrio entre tus rasgos, tu piel y los colores que aplicas, para que tú sigas siendo tú… pero en versión wow.
Si estás empezando en el mundo beauty o quieres llevar tus looks al siguiente nivel sin complicarte, sigue leyendo. Te explicamos qué es la armonía de color, por qué es importante y cómo aplicarla en tu maquillaje paso a paso.
¿Qué significa armonía de color en maquillaje?
La armonía de color es, básicamente, el arte de hacer que los tonos que eliges para tu rostro trabajen a favor de ti. No se trata de usar todo del mismo color, sino de encontrar tonalidades que combinen bien entre sí y que, además, realcen tu tono de piel, tus ojos y tu estilo.
Existen diferentes tipos de armonía: cálida, fría y neutra. Y cada una tiene su propio lenguaje cromático. Si alguna vez un labial te ha apagado la cara o una sombra te ha hecho ver más cansada de lo que estás, probablemente no era parte de tu armonía ideal.
- Spoiler beauty: encontrar tus colores aliados no es difícil. Solo necesitas un poco de observación… y algunos trucos que te contamos ahora mismo.
Paso 1/ identifica tu subtono de piel
Para saber qué colores te van mejor, lo primero es saber si tu piel es de subtono cálido, frío o neutro. ¿Cómo? Aquí van tres pistas rápidas:
- Cálido: tus venas se ven más verdosas, te favorece el dorado, te bronceas fácilmente.
- Frío: tus venas se ven azuladas, te favorece el plateado, tiendes a quemarte al sol.
- Neutro: puedes usar tanto dorado como plateado y te quedan bien colores de ambos extremos.
Esto te dará una primera guía para elegir tonos que armonizan con tu piel en lugar de contrastar de forma forzada.
Paso 2/ elige un foco principal
En el maquillaje, menos es más. Así que lo ideal es elegir una zona del rostro para destacar (ojos, labios o mejillas) y construir el resto del look en torno a ella.
¿Has elegido un labial fucsia vibrante? Entonces opta por sombras neutras y un colorete suave del mismo subtono (rosado si el labial es frío, melocotón si es cálido). ¿Vas con un ahumado cañero? Entonces busca un labial nude y un blush sutil que no compita con la mirada.
- El truco está en crear continuidad visual: los colores no tienen que ser iguales, pero sí deben "hablar entre ellos".
Paso 3/ tonos que armonicen entre sí
Una forma sencilla de crear armonía es aplicar la regla del triángulo cromático: elige un color protagonista y dos secundarios que lo complementen. También puedes inspirarte en paletas monocromáticas (mismo color en distintas intensidades) o análogas (colores vecinos en la rueda cromática). Por ejemplo:
- Para un look cálido: sombras en terracota, colorete melocotón y labial nude cálido.
- Para un look frío: sombra malva, blush rosa palo y labial ciruela claro.
Y si te cuesta combinar tonos, en Primor puedes encontrar paletas ya diseñadas con armonías pensadas para distintos subtonos. Más fácil, imposible.
Ad Category: Imprescindibles de Belleza