Cada vez con más frecuencia los expertos nos piden que nos protejamos de los efectos de la luz azul, pero ¿qué exactamente? Te explicamos cómo afecta a tu salud, a tu piel y cómo puedes protegerte de ella.
Qué es la luz azul
La luz azul es un tipo de luz visible que se encuentra en todas partes en la naturaleza, incluyendo el sol, luces fluorescentes, luces LED y dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, televisores y computadoras.
A diferencia de la luz natural del sol que contiene todos los colores del espectro, la exposición a luz artificial que emite luz azul puede afectar negativamente el ritmo circadiano del cuerpo y afectar el sueño. Por esta razón, se han creado aplicaciones como Night Shift en dispositivos móviles para reducir la cantidad de luz azul emitida en las pantallas y reducir su impacto en el sueño. Esto es debido a su longitud de onda corta y alta energía en el espectro de la luz.
Efectos de la luz azul en la salud
Seguro que has oído hablar de ellos. No obstante, conviene tener presente que la luz azul no es mala si no es en exceso. Es la sobreexposición lo que puede generar efectos en el cuerpo humano. Algunos ejemplos son:
- Perturbación del ritmo circadiano. Es decir, en el sueño. Puede interferir con el reloj biológico del cuerpo, que regula los ciclos de sueño y vigilia. Esto puede llevar a problemas de sueño y fatiga diurna.
- Fatiga visual. Este es un síntoma que experimentan sobre todo las personas que pasan muchas horas frente al ordenador. Esta radiación puede causar fatiga visual, especialmente después de largas horas de exposición. Esto puede llevar a dolores de cabeza, visión borrosa, sequedad ocular u otros síntomas similares.
- Problemas de salud mental. La exposición a la luz azul en la noche puede afectar la producción de melatonina, una hormona que ayuda a regular el sueño y el estado de ánimo. Esto puede aumentar el riesgo de depresión y otros problemas de salud mental. Aunque es un síntoma más peculiar.
- Daño ocular. Va directamente relacionado a la fatiga ocular. Debido a la exposición, el efecto acumulativo de la luz azul puede dañar la retina y aumentar el riesgo de problemas oculares como degeneración macular y cataratas. Aunque insistimos, no es inmediato.
Efectos de la luz azul en la piel
Aunque la luz azul tiene efectos en la salud, es conocida por los efectos nocivos y perjudiciales que causa en la piel, especialmente a largo plazo. Algunos de los que hablan los expertos son:
- Envejecimiento prematuro. La luz azul puede penetrar más profundamente en la piel que otras longitudes de onda de luz visible, lo que puede dañar el colágeno y la elastina, lo que puede llevar a la aparición de arrugas y otros signos de envejecimiento prematuro.
- Hiperpigmentación o manchas. La exposición a la luz azul puede aumentar la producción de melanina en la piel, lo que puede llevar a la aparición de manchas oscuras o hiperpigmentación.
- Daño celular. La exposición a la luz azul puede dañar las células de la piel y aumentar el riesgo de cáncer de piel.
- Problemas de sensibilidad, rojeces o dermatitis. Algunas personas pueden sufrir sensibilidad a la luz azul, lo que puede provocar enrojecimiento, inflamación o irritación en la piel.
No obstante, también hay que tener bastante presente que la exposición a la luz azul que puedan generar dispositivos electrónicos como teléfonos móviles y computadoras no suele ser lo suficientemente fuerte como para causar daño inmediato en la piel. Sin embargo, eso no quiere decir que estemos exentos. La exposición crónica a lo largo del tiempo puede tener efectos acumulativos y llevar a problemas de la piel a largo plazo.
Cómo proteger la piel
A rasgos generales, la gran mayoría de las medidas que pueden evitar el daño que causa la luz azul son preventivas. Algunas de las más famosas son:
- Protector solar. A pesar de ser la más obvia, es una de las más eficaces. Por tanto, merece la pena tenerla en cuenta. El uso de protector solar con un factor de protección solar (SPF) de al menos 30 puede ayudar a proteger la piel de los dañinos rayos UV y de la luz azul.
- Antioxidantes. Los antioxidantes como la vitamina C y la vitamina E pueden ayudar a proteger la piel de los radicales libres generados por la exposición a dicha radiación.
- Pantallas de protección. Las pantallas de protección, como los filtros para dispositivos electrónicos y las gafas de sol con lentes amarillas, pueden ayudar a bloquearla y reducir su impacto en la piel y los ojos. Cada vez son más populares, y cada vez están más recomendadas por los expertos.
- Limitar la exposición. Intenta reducir el tiempo que pasas frente a dispositivos electrónicos, especialmente antes de acostarse. Eso evitará el daño en la piel y que también te interrumpa el sueño.
- Cuidado de la piel. Mantener una buena rutina de cuidado que incluya limpieza, hidratación y exfoliación, puede ayudar a proteger la piel y reducir sus efectos.