Es uno de esos básicos que usamos todos los días (al menos eso esperamos), pero al que casi nunca le prestamos atención. Y sin embargo, elegir bien tu cepillo de dientes —y saber cuándo toca renovarlo— puede marcar un antes y un después en la salud de tu sonrisa. Si lo has elegido solo por color o porque “era el que quedaba en casa”, en este artículo de Primor te contamos cómo elegir tu cepillo de dientes y cada cuánto cambiarlo.
Cómo elegir tu cepillo de dientes y cada cuánto cambiarlo
1/ ¿Manual o eléctrico? Esa es la cuestión
Ambos tipos de cepillos pueden ser igual de efectivos si los usas correctamente. Pero, como todo en la vida, tienen sus matices:
- Cepillo manual: Ideal si te gusta tener el control total y tienes una buena técnica. Eso sí, debes cepillar durante al menos dos minutos y con movimientos suaves.
- Cepillo eléctrico: Perfecto si quieres optimizar tu rutina. Sus movimientos oscilantes o vibratorios hacen gran parte del trabajo por ti. También es ideal para personas con movilidad reducida o encías sensibles.
La clave está en la constancia, no en el tipo de cepillo. Pero si te cuesta motivarte, un cepillo eléctrico con temporizador puede ser un game changer.
2/ Dureza de las cerdas: no, más duro no es mejor
Muchas personas piensan que un cepillo de cerdas duras limpia mejor... ¡error! Un cepillo demasiado agresivo puede dañar el esmalte y causar sensibilidad o retraer las encías. En la mayoría de los casos, lo ideal es optar por cerdas suaves o medias, que limpian eficazmente sin hacer daño.
Además, fíjate en que las puntas estén redondeadas: esto garantiza que sean más respetuosas con el tejido gingival.
3/ Tamaño y forma del cabezal: menos es más
Elige un cabezal pequeño o mediano que se adapte bien a tu boca. Debe permitirte alcanzar fácilmente las zonas más difíciles, como los molares del fondo. Un cabezal demasiado grande puede hacer que te dejes zonas sin limpiar. ¿Forma recta u ovalada? Eso ya depende de ti, pero lo importante es que puedas maniobrar con facilidad.
4/ ¿Cada cuánto tengo que cambiar mi cepillo?
Aquí viene el dato clave que muchas pasamos por alto: cada tres meses. Sí, aunque te parezca que tu cepillo está en “perfecto estado”. Con el uso, las cerdas se desgastan, pierden eficacia y pueden acumular bacterias. Si las cerdas están dobladas o deshilachadas antes de ese tiempo, cámbialo antes.
Y atención: después de un resfriado, gripe o infección oral, es recomendable estrenar cepillo. Las bacterias pueden quedarse en las cerdas y reinfectarte.
5/ ¿Y los cepillos de bambú o sostenibles?
¡Nos encantan! Son una opción ecológica y cada vez hay más marcas que ofrecen cepillos de bambú con cerdas suaves y empaques biodegradables. Eso sí, recuerda que también hay que cambiarlos cada tres meses. Y si eliges uno, asegúrate de secarlo bien entre usos para evitar que el mango se deteriore.
Entonces, ¿qué?
Tu cepillo de dientes es más que un accesorio: es tu mejor aliado para una sonrisa sana y bonita. Elegir el adecuado (y cambiarlo a tiempo) es un gesto sencillo que tiene un gran impacto en tu salud bucal. Así que ya sabes: revisa tu cepillo, escoge con conciencia y haz que cada cepillado sea un momento de mimo. Tu boca (y tu dentista) te lo agradecerán.