Saber cómo lavar una compresa reutilizable es importante tanto por higiene, como para que se conserve bien. La sangre no es precisamente de las cosas más fáciles de lavar. Por ello, hay que tener en cuenta algunas claves para lavar compresas de tela y conservarlas bien. Aunque el hecho de que queden pequeñas manchas no es el problema principal, ya que se trata de prendas interiores cuyo único cometido es recoger tu sangre menstrual. Lo más importante a la hora de lavar una compresa reutilizable es tener en cuenta factores como lo que vamos a usar para cuidarla, cómo hacerlo para que toda la sangre posible quede fuera y para evitar olores y bacterias.
Lavar una compresa reutilizable: qué usar
Lo primero que has de tener en cuenta a la hora de lavar una compresa reutilizable son los productos que vas a usar para hacerlo. Lo mejor es que la laves con jabones neutros y evitando detergentes demasiado químicos o suavizantes que puedan dañarla.
Esto también es importante porque ese tipo de productos pueden dañar tu flora vaginal. Precisamente si usas este tipo de compresas es porque tienes en cuenta que es uno de los métodos más sostenibles y saludables para recoger tu sangre menstrual. Por ello, lo mejor es que las laves con productos que sean también lo más naturales posible.
Lavar una compresa reutilizable: cosas a tener en cuenta
Lo que debes tener en cuenta a la hora de lavar una compresa reutilizable son los materiales de las que están hechas las compresas. Algunas más delicadas que otras, admiten productos lo más naturales posible sobre todo en este caso, además de que no será lo suyo frotar demasiado.
Por otro lado, lo mejor es que las laves con agua fría. El agua caliente fija aún más las manchas de sangre. De hecho, antes de lavarlas debes escurrir bien la compresa y varias veces con agua fría para que suelte toda la sangre que ha recogido.
Otro punto muy importante son los olores. Lo mejor es que uses aceites naturales que sean antifúngicos para prevenir hongos en tus compresas, como el árbol del té o el romero. Pon unas gotas cuando las dejes en remojo antes de lavar una compresa reutilizable.
Por último, una vez que has lavado tu compresa o tus compresas, es muy importante que pongas atención en el secado. Hasta que no sequen del todo, no las guardes. Esto es porque si las guardas húmedas pueden generar hongos sobre todo en un lugar oscuro como un armario o un cajón.
Cómo lavar una compresa reutilizable: paso a paso
Ahora que hemos visto cuáles son las mejores opciones de jabones y lo que debes tener en cuenta antes de lavar una compresa reutilizable, vamos a ver el sencillo paso a paso para hacerlo:
- Escurre toda la sangre: es importante que la enjuagues con agua fría varias veces y la escurras hasta que hayas sacado toda la sangre que ha recogido.
- Ponla en remojo: después puedes ponerla en remojo durante un rato, sobre todo si no tienes tiempo para lavarla en el momento. Es recomendable que sea en agua fría para que no se fijen las manchas de sangre. Puedes añadir unas gotas de los aceites antifúngicos que hemos nombrado.
- Lava a mano: una vez que hayas puesto la compresa en remojo o, si no lo has hecho y vas a lavarla directamente porque puedes, lo mejor es que la laves primero a mano. Para ello, hazlo con un jabón suave en un balde con agua fría y frotando la compresa contra sí misma suavemente hasta que se limpie casi del todo.
- Lava en la lavadora: es conveniente que la pongas en la lavadora en el próximo lavado o aún mojada si vas a poner la lavadora poco tiempo después. Para ello, no uses detergentes con químicos y olores fuertes.
- Manchas con bicarbonato: las manchas rebeldes las puedes quitar con bicarbonato y vinagre. Pon los dos elementos sobre la mancha y deja actuar media hora antes de lavar.
- Secado: asegúrate de que esté seca. Lo mejor es secarla al sol y si es invierno, ponerla cerca del radiador hasta que se haya secado del todo.