Si tienes estrés y se te cae el pelo, sí, has de saber que existe una relación directa que, aunque en una primera instancia no tiene por qué ser preocupante, puede desencadenar en patologías como alopecia androgenética o tricodinia. En este artículo de Primor te relatamos cuál es la relación entre el estrés y la caída del cabello: qué lo desencadena y cómo puedes solucionarlo para presumir de un pelo de revista.
Cómo influye el estrés en la caída capilar
- Efluvio telógeno. El estrés puede desencadenar el efluvio telógeno, un tipo de pérdida de cabello que ocurre cuando un número mayor de cabellos entra prematuramente en la fase telógena (fase de reposo) y luego se caen. Esto significa que más cabellos de lo normal se caen al mismo tiempo, lo que puede resultar en una pérdida de cabello perceptible.
- Desencadenante hormonal. El estrés crónico puede afectar los niveles hormonales en el cuerpo, particularmente aumentando la producción de ciertas hormonas como el cortisol (la hormona del estrés). Los cambios hormonales pueden interferir con el ciclo normal de crecimiento del cabello, provocando la caída del mismo.
- Vasoespasmo. El estrés también puede causar un estrechamiento de los vasos sanguíneos en el cuero cabelludo, lo que reduce el flujo sanguíneo hacia los folículos pilosos. La falta de nutrientes y oxígeno puede debilitar los folículos y contribuir a la pérdida de cabello.
- Hábitos poco saludables. Durante períodos de estrés, es común adoptar hábitos poco saludables como una dieta desequilibrada, falta de sueño o descuido en el cuidado del cabello, lo que puede afectar negativamente la salud capilar
Tengo estrés y se me cae el pelo: qué hago
- Identifica y aborda las fuentes de estrés. Identifica las causas principales de tu estrés y trabaja para abordarlas. Puedes hacer cambios en tu estilo de vida, establecer límites claros, delegar responsabilidades o buscar ayuda profesional si es necesario. La reducción del estrés puede ayudar a detener la caída del cabello relacionada.
- Practica técnicas de relajación. Incorpora técnicas de relajación en tu rutina diaria, como la meditación, la respiración profunda, el yoga o la práctica de ejercicios de relajación muscular. Estas técnicas pueden ayudar a reducir el nivel de estrés y promover un estado de calma.
- Prioriza el descanso y el sueño. Asegúrate de dormir lo suficiente todas las noches. El descanso adecuado es fundamental para el bienestar general y puede ayudar a reducir los efectos del estrés en tu cuerpo, incluyendo la pérdida de cabello.
- Adopta una dieta equilibrada. Mantén una dieta saludable y equilibrada rica en vitaminas y minerales esenciales para la salud del cabello, como hierro, zinc, vitamina D, vitamina E y proteínas. Incluye alimentos como frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables.
- Evita el uso excesivo de productos químicos. Reduce el uso de productos químicos agresivos en tu cabello, como tintes, permanentes o tratamientos de alisado, que pueden debilitar el cabello y empeorar la pérdida.
- Consulta a un profesional. Si la pérdida de cabello persiste o empeora, considera programar una consulta con un tricólogo u otro especialista en salud capilar. Pueden evaluar tu situación y recomendarte tratamientos específicos según tus necesidades, como suplementos vitamínicos, tratamientos tópicos o terapias avanzadas.
- Considera terapias médicas. En algunos casos, se pueden prescribir medicamentos específicos para tratar la pérdida de cabello causada por el estrés o condiciones médicas subyacentes. Estos medicamentos pueden ayudar a estimular el crecimiento del cabello y prevenir más pérdidas.